Bishop’s Christmas Message in English | Vietnamese
Mensaje Navideño 2024
Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo:
Hace poco estuve pensando en mis padres, quienes ahora disfrutan de la presencia del Señor en el cielo. Estaba reflexionando especialmente sobre su primer viaje a los Estados Unidos desde México, cuando llegaron recién casados, con la esperanza de formar una familia y comenzar una nueva vida en un nuevo país con nuevas esperanzas y sueños.
Seguido me he preguntado qué les sirvió de sustento individualmente y también como familia joven en un país que no era el suyo, en una cultura nueva y con un idioma diferente. Para ellos fue increíblemente difícil criar una familia próspera, especialmente cuando estaban lejos de sus propias familias y de su entorno familiar.
He llegado a comprender que fue su fe inquebrantable y el apoyo constante de la comunidad parroquial lo que les dio sustento durante esos primeros años mientras hacían de este país su hogar. Mis padres trajeron consigo dos imágenes que permanecieron en su recamara durante todo su matrimonio: una pequeña estatua del Sagrado Corazón de Jesús y una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Mis padres habían crecido con esas imágenes. No solo eran “un pedacito de su hogar” que les ofrecía consuelo en sus nuevas circunstancias, sino que también simbolizaban la presencia permanente de Cristo y de María, quienes prometen acompañarnos a nosotros, sus hijos.
La fe católica de mis padres y su nueva comunidad parroquial se convirtieron en el ancla que los mantuvo con los pies sobre la tierra en esta nueva realidad de un nuevo país, cultura e idioma lejos de su patria. Un sacerdote joven, cálido y alegre que hablaba su lengua materna les dio una cálida bienvenida y los guió espiritualmente. Un movimiento católico laico, el Movimiento Familiar Cristiano Católico, se convirtió en una especie de familia para ellos (muchos se convirtieron en nuestros pseudoprimos) y les ofreció amistad y apoyo en sus vocaciones como esposos y padres.
En esta temporada navideña, mientras nuestra atención se centra en la familia y los seres queridos, reflexionemos también en Aquel que sostiene nuestras almas, Jesucristo. ¡Aquel que es el Amor mismo! Que el Niño Jesús recién nacido habite en sus corazones y en sus hogares. Que él y su bendita madre, María, y su amado esposo, San José, den sustento a sus familias y seres queridos.
¡Feliz Navidad!
+Oscar Cantú
Diócesis de San José