Bishop McGrath’s Remark on Archbishop Mitty’s 17 Minute Walkout

From Bishop McGrath on the occasion of the
17-Minute Walkout to Commemorate the Killings In Parkland, FL.
Archbishop Mitty High School

March 14, 2018

I must begin my brief words by thanking you for this observance and for inviting me to be part of it.
There is absolutely no place I would rather be than to stand here in solidarity with you as you stand in solidarity with young people across our nation, and perhaps around the world.

The tragedy at Parkland is not even the latest of far too many shooting tragedies, for last Friday, we lost one of San Jose’s own, Saint Francis High School graduate, Dr. Jennifer Gonzales, and her unborn child, who were among the four gunned down in Yountville.

But today, your voices are being heard as never before. Your calls for sanity reverberate throughout the halls of power. Today, your outrage is shared by others, and you are our teachers.

Prayer, of course is good.
Likewise, Education is good.
And Solidarity, too, is good.
But we need to act.
To demand change.
To protect the lives of innocents.

Contrary to some, the answer is not more guns, not arming teachers with Oozies or AK-47s.
My generation and your parents’ and grandparents’ has failed. You may be the last chance for real change. You have something to say, and you must.

Some of you will vote in June and November. The rest of you must do the same when your time comes. Politicians live and die by elections. You can be the change that guarantees a chance for life for many.
Swords, guns and all weapons need to be turned into proverbial plowshares. But before this can happen,

Hearts must first be converted…
To peace, to justice, to care for one another,
Each and all as sisters and brothers,
Dedicated to the common good,
Sharing the common humanity,
Even if not a common faith.

And let us heed the words of the prophet Isaiah who foretold that when peace comes, it will be a child who leads all the rest of us.

May God bless you for what you do today and for all that you will do in the tomorrows yet to come.

Bishop Patrick J. McGrath’s Statement on Recent Events in Charlottesville, Virginia

Tolerance is one of founding principles of the United States.  It is enshrined in the Declaration of Independence, which declared: “We hold these truths to be self-evident: that all men are created equal; that they are endowed by their Creator with certain unalienable rights; that among these are life, liberty, and the pursuit of happiness.”  Sadly, we have not always lived up to such lofty rhetoric, as evidenced most notably in the practice of slavery, the internment of Japanese Americans during the Second World War and racism and bigotry that historically have scarred our society. But we have the capacity to learn from past errors, and we continue to do so.  The American dream lives on, in spite of the many challenges we still face.  But it is threatened.

Recent events in Charlottesville, Virginia, are indicative of the limits of tolerance.  The hate-driven speech and actions of neo-Nazis, white supremacists, and the KKK are rooted in a racism that can find no home in this country or our world.  To invoke the name of God as justification for racist bigotry is an affront to all believers.

Santa Clara County, in which we are privileged to live, to raise families, and to contribute to the common good, is enriched by the religious, cultural and ethnic diversity of its residents and workers.  This diversity is not only our strength; it is also our beauty. As Catholics, we are involved in a dialogue that builds bridges within our own parishes and diocese and with the larger community.  We cherish the descendants of those who were here before the Europeans, as well as all whose relatives – or even themselves – have come to this Valley in successive waves of immigration.  In the same way, we must foster and defend the rights and the dignity of all who are vulnerable because of their race, gender, religion, sexual orientation, age, language or any other defining characteristic.

I ask our Catholic community – and all people of good will – to join with me in prayer and work that is rooted in justice and peace.

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*Spanish and Vietnamese versions are currently being translated. Please contact Liz Sullivan (easullivan@dsj.org) from the Office of Communications for a copy of the translated version.

Wedding Anniversary Celebration 2017

Bishop Patrick J. McGrath would like to invite all couples celebrating their 5th (or less), 25th, 40th and 50th (or more) Wedding Anniversaries this year to participate in our Annual Wedding Anniversary Mass at the Cathedral Basilica of Saint Joseph in downtown San Jose.
The couples will be invited to renew their wedding vows and will receive a blessing from Bishop Patrick McGrath who will preside over the celebration. Each couple will also receive a certificate signed by the Bishop.
Wedding Anniversary Registration

2016 Mensaje Pre-Navideño del Obispo McGrath

English

Diciembre de 2016

BishopChristmas

Los eventos que celebramos en Navidad todavía resuenan poderosamente entre nosotros después de más de dos mil años.

  • Es la historia de un Nacimiento que surgió bajo circunstancias misteriosas y milagrosas
  • Es una historia de esperanzas y sueños, de promesas dadas y fidelidad callada
  • Se trata de viajes de descubrimiento y escape, de peregrinación y de la huida de una joven familia hacia la seguridad
  • Es, sobre todo, una historia de amor sin limites

La Navidad es la historia de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, de ángeles, pastores, reyes magos y la huida hacia Egipto – una historia del gran amor por la humanidad que Dios donde Dios restauraría la unidad orinal de la creación por medio del Nacimiento de Jesucristo. Cuando el Verbo se hizo carne. “El cielo está unido a la tierra y la humanidad es reconciliada con Dios”. (San Juan Pablo II).

Hoy, la historia de la Navidad es parecida a la vida de nuestro mundo. Al venir a adorar al Señor, muchos cristianos corren riesgos de seguridad, incluso de su propia vida. En el viaje desgarrador de los migrantes a través de las fronteras de las naciones – e incluso en nuestro propio País – la huida de la Sagrada Familia se vuelve a repetir una vez más.

La inseguridad, el sufrimiento y la muerte que tantos refugiados experimentan no pueden pasar sin que nos preocupemos y llame nuestra atención. Verdaderamente, Jesús, el Verbo hecho carne, está presente en todos los que andan por esos peligrosos caminos.

Esta Navidad, debemos renovar nuestro vinculo de hermandad  con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, confiando en el Señor que nos dio todo en el don de Jesús. Que a su vez nos ofrezcamos en este mismo amor.

Prometo a ustedes y sus seres queridos bendiciones navideñas y mis oraciones en las misas que celebre.

Con mis mejores deseos y bendiciones.

Sinceramente
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Patrick J. McGrath
Obispo de San José

Mensaje Pre-Navideño del Obispo McGrath

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23 de Noviembre de 2016

Estimados Hermanos y Hermanas,

Me dirijo hoy a todos los católicos y personas de buena voluntad, aquí en el condado de Santa Clara.  De manera especial, les escribo a aquellas personas que viven con miedo – miedo de la discriminación, de la deportación, de tener sus familias divididas.

Hay mucha incertidumbre en estas semanas después de las elecciones nacionales.  Y necesitamos responder a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas, nuestros vecinos y amigos, y de todos aquellos quienes viven y trabajan con nosotros en este valle de Santa Clara.

Aunque no estoy tratando de ofrecer una esperanza falsa, si deseo asegurarles que la Diócesis de San José está trabajando junto con el condado de Santa Clara y la ciudad de San José y otras agencias, incluyendo Caridades Católicas, para responder al temor de nuestra gente y tomar medidas para defender los derechos humanos de cada individuo, sin importar la etnia a la que pertenezcan, su lugar de origen, o su religión.

El 14 de noviembre, el alcalde Sam Liccardo prometió a todos los que se sienten amenazados de un posible golpe, “Estamos con ustedes, los respaldamos.”  Y añadió explicando “no podemos controlar los eventos en Washington, D.C., pero sí podemos hacer bastante por cuidarnos unos a otros aquí en nuestra casa.”

La Iglesia hace la misma promesa al unirnos en solidaridad y acomañando a aquellos quienes más lo necesitan.  No podemos abandonarlos ni los abandonaremos porque Jesús prometió nunca abandonarnos.

Como una comunidad que profesa esa clase de esperanza en Cristo, nuestra más grande fuerza estriba en nuestra habilidad para unirnos en la oración.  Es lo que el Señor Jesús hizo antes de cada evento grande de su vida.    Ésto es lo que también nosotros debemos hacer para continuar “promoviendo la cultura de misericordia en la que nadie ve a ninguna persona con indiferencia o da la espalda al sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas” (Papa Francisco, Misericordia et Misera).

Por esto, los invito a todos a observar un Día de Oración en el 12 de diciembre, la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.  Por casi 500 años desde que la Santísima Virgen María se apareció a un pobre indígena mexicano llamado Juan Diego, los católicos han pedido la protección y fuerza de nuestra Señora de Guadalupe bajo su título de Patrona de las Américas.

Es en esta imagen de María en la que encontramos alivio, consolación, fuerza y esperanza.  Y es en la unión de nuestra oración con ella, que nos animamos unos a otros para el trabajo que tenemos ante nosotros.

Para que podamos orar juntos, pido a nuestras iglesias que se mantengan abiertas todo el 12 de diciembre, desde Las Mañanitas (o la primera Misa) en la mañana hasta en la noche, como se determine en cada parroquia.

Al orar en ese día bajo la mirada amorosa de Guadalupe, la Madre de todos nosotros, recordemos que “no podemos amar a Nuestra Señora de Guadalupe a menos que amemos al pobre Juan Diego con el compromiso de nuestras vidas”

Para concluir, deseo recordar las palabras de apertura de la Constitución de la Iglesia en el Mundo Moderno, Gaudium et Spes, del Segundo Concilio del Vaticano:

Las alegrías y esperanzas, los dolores y ansiedades del pueblo de esta era, especialmente aquellos quienes son pobres o de alguna manera marginados, estos son las alegrías y esperanzas, los dolores y ansiedades de los seguidores de Cristo.

Sepan que sus alegrías y esperanzas, sus dolores y ansiedades son nuestras, y ofrezco mis oraciones y solidaridad con y por ustedes.  Estamos con ustedes.

Con todos los mejores deseos y con gran interés, me mantengo,

Sinceramente suyo,
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Patrick J. McGrath
Obispo de San José